Sebastián Abreu vive el fútbol con la misma pasión que lo caracterizó como delantero. Hoy, desde el banco de suplentes y al frente de Xolos de Tijuana, el uruguayo empieza a construir un camino como entrenador sin perder de vista sus máximos objetivos: Nacionaly la Selección Uruguaya. Con la experiencia acumulada en distintos países, el Loco dejó en claro que su presente es parte de un proceso que apunta alto.
Nacional y Uruguay, siempre como prioridad
Abreu reconoció que tanto la Celeste como Nacional ocupan un lugar especial en su carrera y que esa relación también está contemplada de manera formal. En sus contratos como entrenador existe una cláusula que le permite escuchar propuestas de ambos sin generar conflictos con su club actual. “Indudablemente, las puertas siempre van a estar abiertas para conversar con la Selección y con Nacional. Si me llama Uruguay o Nacional, puedo irme sin tener inconvenientes en el club.”, confesó el ex atacante, dejando ver su profesionalismo y su pasión por 2 lugares que a día de hoy siguen ocupando un lugar muy especial en su vida.
El momento justo para volver al Bolso
Sobre la chance de dirigir a Nacional, el Loco evitó poner plazos. Entiende que no se trata solo de experiencia acumulada, sino de contextos, oportunidades y tiempos adecuados. Mientras tanto, disfruta del desafío que representa el fútbol mexicano, una liga exigente y competitiva que le permite seguir creciendo como entrenador y enfrentarse a escenarios de alto nivel.
Sueños que no cambian, solo evolucionan
Abreu confesó que aquellos sueños que tenía de niño siguen intactos, aunque ahora se manifiestan desde otro rol: “ Los sueños de niño eran jugar en la Selección y en Nacional. Esos sueños pasan a ser ahora como entrenador, tener esas dos posibilidades que son las mejores, las más lindas y las más hermosas…”, confesó el experimentado DT. Para él, apuntar a lo máximo es una obligación personal, tanto en lo profesional como en lo emocional.
La huella de Tabárez en su forma de trabajar
En su recorrido como entrenador, Abreu lleva consigo una enseñanza del Maestro Óscar Tabárez que considera fundamental. Más allá de lo táctico, valora la importancia de los procesos, el manejo humano y la construcción del grupo. "En los lugares donde he trabajado, en Perú y ahora en México, me han permitido instalar en los complejos la frase ‘El camino es la recompensa. Vamos que vamos’; es a lgo que me identifica y que hace al proceso de un grupo, de un equipo.” Esa filosofía lo acompaña en cada proyecto y forma parte de su identidad como conductor de equipos.
Su análisis del presente de Uruguay
Al referirse a la Selección Uruguaya, Abreu destacó el nivel del plantel actual, aunque señaló una dificultad concreta: la falta de gol. “Para mí, tenemos muy buen plantel. Pasa que cuando se te va Forlán, Suárez y Cavani.. No es tan fácil encontrar recambio generacional en ese nivel”. Para el Loco, el funcionamiento puede mejorar, pero el gran punto a resolver sigue siendo la eficacia en los metros finales.
Con los pies en el presente y la mirada puesta en el futuro, Sebastián Abreu sigue construyendo su camino como entrenador, sabiendo que, cuando llegue el llamado indicado, estará listo para asumir el desafío.





