Erling Haaland cumplirá en 2026 uno de los grandes anhelos de su carrera: jugar su primera Copa del Mundo. Noruega rompió una sequía de 28 años sin participar en el máximo escenario del fútbol y el delantero del Manchester City será la gran figura de una generación que busca dejar huella.
La clasificación tiene, además, un tinte profundamente emocional para el goleador: su padre, Alf-Inge Haaland, disputó el Mundial 1994 justamente en Estados Unidos… y el hijo volverá al mismo país para vivir su propio debut mundialista.
Erling Haaland, emocionado por participar de una Copa del Mundo
Fiel a su estilo, Haaland no se dejó llevar por la euforia pese a la magnitud del logro. “No estoy pensando en la Copa del Mundo, para ser honesto. Acabamos de clasificar por primera vez en 28 años. Quiero experimentar esa sensación como ser humano de estar en un Mundial”, expresó en entrevista con CBS Sports. Sin embargo, el lado sentimental apareció rápidamente cuando habló del paralelismo familiar. “Mi padre jugó el Mundial 1994 en Estados Unidos, así que poder ir a Estados Unidos y jugar un Mundial allí es realmente especial… quizá llore cuando escuche el himno nacional”, confesó.
La estrella nórdica también llamó a la calma ante el exigente calendario que enfrenta con su club: “Veremos, será grandioso. Pero no puedo pensar mucho ahora, tengo otro partido en cuatro días. Tenemos un calendario difícil”.
El grupo de Noruega en su retorno a un Mundial
Noruega integrará el Grupo I de la Copa del Mundo 2026, donde compartirá zona con Francia, Senegal y el ganador del Playoff 2 entre Iraq, Bolivia y Surinam. Será un desafío complejo, pero el equipo escandinavo llega con confianza y con un Haaland en plenitud absoluta, decidido a llevar a su selección más lejos que nunca.





