Boca Juniors atraviesa una de las peores rachas de su historia reciente sin clasificar a la Copa Libertadores, un hecho que marca un antes y un después para el club. El conjunto Xeneize quedó fuera de las ediciones 2024 y 2025 tras un ciclo irregular en el ámbito local. Esta caída deja al descubierto una pérdida de protagonismo que preocupa tanto a los hinchas como a la dirigencia, a la vez que genera presión de cara a la Libertadores 2026, en la que todavía no tienen un lugar asegurado.
Boca sufre su etapa más larga fuera de la lucha por la Libertadores
El presente de Boca muestra una caída en su rendimiento competitivo. En los últimos 16 años alcanzó tres finales (2012, 2018 y 2023) y cuatro semifinales (2008, 2016, 2019 y 2020), pero no logró la séptima estrella que le permita igualar a Independiente.
Momentos que marcaron la peor racha de Boca Juniors:
- 2009: Eliminación en octavos de final.
- 2010 y 2011: Quedó fuera de la Copa Libertadores.
- 2013: Despedida en cuartos de final.
- 2014: Otra ausencia sin clasificación.
- 2015: Eliminación en octavos ante River Plate.
- 2017: No consiguió el boleto al torneo continental.
- 2021: Nueva caída en octavos frente a Atlético Mineiro.
- 2024: Primera vez en años que no logra clasificar.
- 2025: Vuelve a quedarsesin Copa Libertadores tras caer en el repechaje.
A lo largo de este período, el club Xeneize alternó buenas campañas internacionales con profundas crisis futbolísticas. La falta de estabilidad en los proyectos deportivos y los constantes cambios de entrenador influyeron en su rendimiento. Cada eliminación dejó una huella que se profundizó con el paso del tiempo, hasta llegar a esta exclusión histórica.
El golpe resulta más fuerte por tratarse de un club que convirtió la Copa Libertadores en parte esencial de su identidad deportiva, con 6 títulos y una historia llena de logros con el paso del tiempo.
¿Qué significa para Boca Juniors no jugar la Libertadores?
Quedar fuera de la Copa Libertadores tiene un valor simbólico enorme para Boca Juniors. El club construyó su mística internacional sobre noches épicas en La Bombonera y duelos memorables frente a gigantes del continente. No participar en la próxima edición rompe esa tradición y obliga a una autocrítica profunda dentro de la institución.
La dirigencia buscará un nuevo rumbo con la mira puesta en reconstruir el prestigio, con la duda de quién será el técnico el año que viene tras la muerte de Miguel Ángel Russo, justamente el último DT campeón, en 2007. El desafío será volver a competir al máximo nivel, recuperar la jerarquía en torneos internacionales y devolverle a su gente la ilusión de una séptima conquista que sigue pendiente desde hace más de dos décadas




